El principal objetivo del Coaching, es descubrir áreas de aprendizaje individual, relacionadas a la tarea de encarar desafíos presente y futuros, a partir de un proceso de acompañamiento destinado a que el Coachee experimente transformación y adaptación, elementos que lo conducirán a entender y desde ahí mejorar su rol profesional y su relación con el entorno laboral.
La base ontológica del Coaching, aborda tres dimensiones: lenguaje (razón) – emoción – corporalidad. El hacer consciente estas tres dimensiones permite la reconstrucción del propio observador (autoconocimiento), otorgando al Coachee plasticidad, legitimando la mirada de otros, lo que abre espacios de respeto mutuo y confianza en las relaciones.
Durante las primeras sesiones se trabaja apreciativamente la dinámica de cambio, centrándose en los recursos y fortalezas de la persona, junto con las oportunidades y posibilidades de desarrollo, más que las limitaciones, miedos y creencias limitantes. A través de la conversación, el Coach indaga en las inquietudes del Coachee, posibles quiebres de éste y a partir de ahí las sesiones se expanden hacia él o los ámbitos necesarios para atender la inquietud planteada. En las sesiones posteriores se realiza un entrenamiento que combina la transferencia de experiencias y conocimiento en un estilo profundamente participativo, desarrollándose este proceso desde una mirada de acompañamiento individual basado en metodologías y técnicas que ayudan a la persona a mejorar su eficacia personal y profesional, todo ello a partir del desarrollo de un proceso práctico-conversacional. Se desarrollan sesiones de seguimiento y reforzamiento, respecto de los planes a seguir, compromisos de acción y orientaciones de desarrollo individual, en relación a su proceso de autoconocimiento, transformación y adaptación. Se complementan las conversaciones con guías de aprendizaje y feedback, con soporte de lecturas y videos, lo que permite darle continuidad al proceso.